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"Dosel" 
  Dosel
Alberto Fernández Zequeira
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Parámetros de la convocatoria
Pueblo de Culebra
Descripción del ámbito

Los centros tradicionales son la contraparte urbana al imaginario rural que suele protagonizar las representaciones de la identidad puertorriqueña. El desplazamiento de la economía del campo a la producción industrial a partir de los 1950 ha tendido a favorecer otras formas de asentamiento, particularmente los desarrollos suburbanos que surgen a partir de la lógica del automóvil. Hoy los centros urbanos compiten con las megaestructuras del consumo, quedando relegados en ocasiones a meros centros de servicio luego de haber perdido considerable población en las últimas décadas.

El Proyecto de Revitalización de los Centros Urbanos de la Directoría de Urbanismo procura rescatar cualitativamente al espacio público como primer paso a una estrategia de repoblamiento. Mediante esta iniciativa se ha puesto a la disposición de los artistas una gran variedad de espacios públicos y edificaciones para incorporar arte en el corazón de los pueblos de la isla. Se busca obras que celebren lo característico de cada pueblo sin caer en visiones nostálgicas ni falsas reconciliaciones con expresiones populares. Podemos apreciar en las obras seleccionadas un alcance muy amplio de formatos y temas que van desde la celebración del paisaje natural hasta visiones más audaces que apuestan al futuro de estos baluartes de la vida cotidiana de los puertorriqueños.
Aforismo

Culebra es una isla que vive del ir y venir, del mar y de la tierra. Dosel simboliza esta dinámica, y la celebra, brindando un abrazo al llegar y un hasta pronto al levantar velas. La obra se constituye como un punto de tránsito, de reunión activa, donde se puede disfrutar de lo mejor de Culebra; su mar, su ambiente y más importante, de su gente.

Con el mar de frente se encuentra el dosel, una escultura funcional que recibe al ciudadano y visitante con un oasis de sombra, dinamismo y color. A su entrada a la hermosa isla de Culebra por el puerto, todos se encontrarán con un baile de formas y visos, los cuales parecen flotar en el aire, brindándole a los espectadores una sensación de sosiego y paz.

Los colores vivos de sus hojas reflejan la flora, la alegría de vivir y los grandes corazones que viven en esta pequeña isla. Los techos, compuestos por planchas de formas orgánicas, representan las hojas de los árboles. Las vigas, de formas sinuosas, son las ramas y las columnas sus troncos. Como en los bosques naturales, esta pieza respira, permitiendo la libre circulación de las placenteras brisas caribeñas así como de los transeúntes que se protegen bajo sus hojas.
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