Instalación Tríptica

I. Instalación

 El tema de la diáspora se aborda en la Ilíada. En uno de los relatos de este libro medular de la cultura occidental, Jasón y los marinos salen en una barca especial llamada Argo (a partir de entonces los marinos se llaman argonautas) en un viaje épico a buscar el vellocino de oro en el país de la Cólquide. Tienen que vencer a múltiples dragones y vicisitudes para alcanzar la "tierra prometida".

Sobre la pared de la galería se proyectó la constelación Argo que tiene forma de barco. Tres frazadas, como las utilizadas en las mudanzas para proteger artículos de valor, se colgaron como velas. Cada vela tenía franjas pintadas de cada uno de los colores de la bandera cubana, estadounidense o puertorriqueña.

II. Escultura

Granos de distintos colores llenaban unos cilindros utilizados en las mezcladoras de pintura, ahora convertidos en una fuente de agua. Con el tiempo (3 semanas) algunos granos germinaban y se mezclaban fuera de sus cilindros sobre el pedestal de maletas viejas, anteriores al 1959. Se veían restos del performance alrededor de las maletas.

III. Performance

Veinte colegas y la artista fueron a la fábrica de pintura y dejaron que la computadora les "leyera" y digitalizara el color de su piel. Se mezcló una cuarto de pintura de cada color identificado. Al palo de madera utilizado para mezclar cada color se le escribió el origen étnico de cada participante performero. (Ej. Pintura "cubana-isleña" o "ítaloamericana", etc.) Durante el performance en la galería, la artista se puso un delantal hecho de todas las banderas centro americanas y del caribe. Le preguntaba a cada persona del público su origen étnico. Cuando contestaba, cogía en su mano barro mexicano y decía,"esto porque somos polvo". Añadía un puñado de flores frescas al barro en la mano mientras decía "y esto es por el hálito de vida que tienes". Finalmente sumaba a la mezcla una cucharada de la pintura del color étnico de la persona, y decía, "y esto por tu singularidad". Esta mezcla se aplicaba a la pared. Cuando secó todo, la artista le llamo a la pared “amalgama” pues no era ni pintura, ni cerámica, ni escultura, ni performance, sino, que era todos estos medios.